LOS FURTADO
Así nomás, sin la "s". Sesenta y cinco personas
viven allí. Si no fuera por la " Fiesta de la Cosecha ", que los propios vecinos organizan, muy pocos
conocerían el lugar. No existe en el mapa. Literalmente.
Desde Tacuarembó hay que hacer el trayecto por ruta 5 hasta
antes de Curtina y de ahí transitar más de 30 kilómetros por un camino de piedra suelta y pozos. Como alivio digamos qué se ha construido un
puente de hormigón en una cañada cercana al poblado.
Predomina la forestación y la producción ganadera. También
puede verse algún plantío de soja.
Los residentes del lugar trabajan plantando chacra o criando
algún ganado en pequeños predios.
Algunos tienen sus pocos ganados en predios de empresas forestales, con
el costo y las limitantes que ello implica.
Hace unos años el Instituto de Colonización compró 120
hectáreas, en las que trabaja un grupo de vecinos.
No hace mucho que tienen energía eléctrica y agua potable.
A la escuela concurren 15 niños y algún adolescente hace el
largo viaje a Achar para asistir al liceo.
Así los días. La vida no es
sencilla por allí. Las limitantes son
de todo tipo. Es un sueño con trazos de
inalcanzable, para el vecino pobre que allí vive, pensar en un progreso y en un desarrollo
familiar y comunitario más o menos razonable. Los jóvenes, que jugaban al
futbol el día de la fiesta, o son peones ganaderos o trabajan en la
forestación, oficios nobles, pero con un techo cercano.
UPM
El día antes,
anduvimos con el director de OPP, Álvaro García y su equipo, recorriendo
Paso de los Toros y San Gregorio.
Una llanura donde asoma la piedra, cercana al Río Negro, del
lado de Durazno, promete, en no muchos años, dejar de dar poco pasto a unas
vacas flaqueronas, para dar asiento a la
más grande fábrica para producir celulosa. Tecnología, vehículos, gente
diversa. Habrá un cambio.
El desarrollo es económico, pero es también social y
ambiental, lo repitió no menos de 10 veces a lo largo del día, el director de
OPP que, con convicción, explicó lo
hecho y las perspectivas del emprendimiento.
Las tres dimensiones, que se cruzan,- la económica, la
social y la ambiental - fueron
desmenuzadas. La última, la ambiental,
que siempre provoca la crítica, es muy importante y da toda la impresión de que
los cuidados serán al detalle. No es un hecho menor el tener presente que hoy,
actualmente, sin UPM, el Río Negro ya tiene un nivel importante de
contaminación. La idea es que con la
Planta instalada, la contaminación total del río, sea inferior a los niveles
actuales. Después podemos discutir los pros y los contras del modelo
celulósico. No es lo que más nos gusta. Preferimos, por lejos, el modelo de
desarrollo forestal para producir madera sólida y los subproductos que se ella
surgen. Pero eso hoy, más allá de los avances que hay, es una abstracción. Lo concreto es que el
modelo celulósico se ha ido consolidando y hoy existe la posibilidad concreta
de la instalación de una tercera planta con todo lo que ella implica.
Los Furtado y UPM
Aunque a primera vista ambos mundos sean bastante
diferentes, es probable que en un futuro no muy lejano estén más conectados.
Si no hay cambios importantes en lo productivo y laboral,
Los Furtado, como tantas otras zonas rurales, están condenadas a seguir despoblándose. La gente,
las familias, de la campaña,
deberían acceder a más tierra para
trabajar, a asesoramiento técnico constante y de calidad, a financiamiento y
subsidios y, finalmente, a canales de comercialización fluidos y con un precio
justo. Pero, además de lo anterior, es muy importante para el futuro de esta
región, el tema de las comunicaciones y de la caminería.
Vean ustedes que estamos hablando que desde el asfalto de la
ruta 5 o desde la 43, se deben recorrer 30 o 40 kilómetros. No es una distancia importante. Se la podría recorrer sin ningún problema si
la caminería estuviera en buen estado. Sin embargo, en el estado en que
están los caminos, esos tramos se
vuelven una tragedia.
Y es en este aspecto que nos queremos centrar. La inversión
de UPM implica la necesidad y el compromiso de cambiar la categoría y el
pavimento de la ruta 59 y de la 43. Si todo corre bien podríamos tener, al cabo
de 7 u 8 años, un pavimento de asfalto en la 59! Un sueño que parecería pura
fantasía. Sin embargo así está planteado.
A eso le sumamos lo que sería la modernización del
ferrocarril entre Paso de los Toros y el puerto de Montevideo.
Más allá de que salga o no salga la planta de UPM, el país
tendría que plantearse estos desafíos en cuanto a la conectividad y a la
caminería. Sin embargo, es fácil de percibir lo difícil que resultaría que un gobierno se dispusiera a invertir en la ruta 59. Imaginen ustedes
que se fuera a asfaltar la ruta 59, con el objetivo de mejorar las condiciones
de vida y de producción de esa región. Muy difícil que eso pudiera ocurrir, en
esos términos.
Sin embargo, cuando
aparece una inversión del porte de la que se hará por parte de UPM, eso "
obliga" a que se dé un salto en concretar algunas obras que son
imprescindibles y que de otra manera se concretarían quien sabe cuándo.
Y esas obras le van a servir a la empresa forestal. Sin duda. Pero también van a servir para el
desarrollo de regiones que hoy están muy atrasadas desde todo punto de vista.
Es altamente probable que de concretarse mejoras
sustanciales en la caminería y en el
ferrocarril, muchas tierras fértiles de Zamora, Clara, Paso de los Novillos, La
Hilera, Los Furtado, Los Cuadrados, entre otros, pasen a tener otras
posibilidades de desarrollar formas de producción más intensivas y con mejor
rendimiento económico.
Por eso vemos que la inversión de UPM es una oportunidad
para que algunas regiones del norte y este
del país, empiecen a despegar y dejen de tener los peores indicadores en cuanto
a necesidades básicas satisfechas y en cuanto a la inversión.
La celulosa, en definitiva, ha vuelto a poner sobre la mesa
cuestiones que se tenían que resolver y que sin embargo estaban quitas, sin ningún avance. Y nos parece muy bien que
el gobierno haya tenido la audacia de definir que la modernización del
ferrocarril se hace con o sin UPM. Y así
debería hacerse con las demás obras de caminería. Porque
son centrales si queremos aprovechar el potencial de regiones que hoy
están sub utilizadas.
Por supuesto que las posibilidades de crecimiento económico
pueden ser para los que ya tienen mejores posibilidades de aprovechar los
cambios.
Ahí es donde el Estado debe intervenir para ayudar a los más
débiles, de manera que determinados progresos financiados por el conjunto de la
sociedad no sean sólo para beneficio de los que ya están mejor, sino que tengan
impacto en mejorar la calidad de vida de las poblaciones rurales más
castigadas, como es el caso de Los Furtado que, felizmente, se dan maña, año
tras año, para marcar presencia y decir ¡acá estamos!
Quizá en un futuro no muy lejano, toda esta región empiece a
tener un despegue y que las familias en vez de irse, se vengan y que las
fiestas sean más grandes de lo que son. Es posible.