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lunes, 27 de mayo de 2013

Ramón Méndez (MIEM): inversión en la regasificadora fue planificada pensando en los próximos 20 años del país
21.05.2013 | 
Los representantes blancos y colorados en UTE y Ancap votaron negativamente la adjudicación a Gaz de France-Suez de la construcción y operación de la planta regasificadora. Alegan que la información les llegó un día antes de que el tema se discutiera en los directorios y plantearon dudas sobre la viabilidad del proyecto. En diálogo con En Perspectiva, el director nacional de Energía en el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), Ramón Méndez, defendió la inversión argumentando que el proyecto se hace "pensando en los próximos 20 años". "Hicimos hipótesis extremadamente conservadoras en relación al crecimiento" y aún así "las cuentas nos cierran", dijo. Aseguró que los directores de los entres conocían las características de las cuatro ofertas primarias desde el 25 de abril. Denunció, además, que el exdirector blanco en Ancap, Carlos Camy, "dejó de asistir" a las sesiones del directorio de Gas Sayago durante más de un año y que su reemplazante, Elena Baldoira, solo asistió a la última reunión.




EMILIANO COTELO:
El proceso de adjudicación de las obras de la planta de la regasificadora abrió un nuevo frente de batalla entre el Gobierno y la oposición. Blancos y colorados sostienen que se les ocultó información y que se los excluyó de la toma de decisiones en un asunto que formaba parte del acuerdo multipartidario en materia de energía.

Cuando
 lo entrevistamos el viernes pasado aquí En Perspectiva, Enrique Antía, director de UTE en representación del Partido Nacional, señaló que no se le dio el tiempo suficiente para analizar la propuesta de la compañía belga Gaz de France-Suez (GDF-Suez), y explicó además que los documentos formales le llegaron apenas 24 horas antes de la sesión en la que se votaría el contrato. También planteó “dudas enormes”, dijo, sobre la rentabilidad del proyecto tal cual está planteado el esquema de negocios y después de eso agregó lo siguiente: 

“Yo interpreto que la decisión que tomaron de cerrar el negocio sin consultar a la oposición es justamente por eso, porque como ven los números ajustados y había comprometido tanto la palabra del presidente, se tiraron al agua. Esto es un riesgo inmenso para el país.”

Ante un planteo tan severo la pelota volvió a quedar en la cancha del Gobierno y es por eso que en estos próximos minutos vamos a entrevistar al doctor en física Ramón Méndez, director nacional de Energía en elMinisterio de Industria, Energía y Minería
 (MIEM).

De este tema ya hemos conversado con usted por lo menos en dos ocasiones este mismo año. Entonces para empezar vale la pena ubicar de qué estamos hablando, o mejor dicho, por qué el Gobierno se plantea en acuerdo con la oposición la idea de una planta regasificadora.

RAMÓN MÉNDEZ:
Porque es lo que nos termina de cerrar toda la profunda renovación energética que está llevando adelante el país en los últimos años, que pasa por un aumento de la soberanía, incorporación de fuentes autóctonas, en particular las energías renovables con todas las inversiones que se están realizando para introducir la energía eólica, la biomasa, los biocombustibles, la energía solar. Como complemento de eso, para generar más soberanía, tenemos la búsqueda profunda de energéticos fósiles autóctonos, es decir la prospección petrolera y gasífera de nuestra plataforma. Pero para que nos cierre la ecuación, el gas natural es la mejor opción.
 

Dentro de los combustibles fósiles es el que tiene menor impacto ambiental, que tiene menores costos, que tiene reservas crecientes en el mundo en lugar del petróleo, que se está terminando. En 40 años nos vamos a quedar sin petróleo, mientras que siguen apareciendo nuevas formas, nuevas tecnologías de extracción de gas natural y creciendo los reservorios, por lo tanto los precios, si bien oscilan, bajan en relación al precio del petróleo. Además es muy dúctil porque permite generar electricidad a mitad de costo respecto al precio de generación con gasoil, sirve para la industria, para generar calor, para las casas para calefaccionarse o para cocinar, puede incluso usarse en el transporte. Es decir, es el energético que más crece. En nuestro país se había intentado introducirlo en la década del 90, pero el único proveedor que teníamos era Argentina, ya que lo comprábamos por caño, por gasoducto, y Argentina pasó de ser un exportador a ser un importador de gas natural en general. Por lo tanto la regasificadora lo que nos permite es una puerta para abrirnos hacia el mundo comprando el gas natural de una forma diferente a como se compró tradicionalmente, pasar de la compra por gasoductos a la compra de gas en barco licuado.

EC – Esa alternativa, la que permite traer gas natural desde distintos puntos del planeta, implica que ese gas llega a Uruguay licuado.

RM – Licuado.

EC – Por eso se necesita después regasificarlo.

RM – Regasificarlo. Recordemos que el gas licuado no es gas comprimido, sino que es gas a muy bajas temperaturas, por tanto no explota ni tiene ningún riesgo de ese tipo. Es un gas que está a 160 grados bajo cero y al bajarle la temperatura reduce 600 veces su volumen y por eso se puede colocar en barcos y enviar desde el país productor al país consumidor. Hay más de 20 países en el mundo que venden gas natural licuado.

EC – A raíz de ese marco general vayamos a lo que se está acordando, el negocio que se está firmando con GDF-Suez. Concretamente, ¿en qué consiste?, porque hay un número que creo que ya está muy fijo en la cabeza de los oyentes que es el monto total de la inversión, 1.125 millones de dólares a pagar en 20 años.

RM – Exactamente.

EC – ¿Qué obtiene Uruguay a cambio?

RM – Lo que Uruguay obtiene con esto es la instalación de capacidad de recepción, almacenamiento y regasificación de gas natural licuado a medida que el país lo va necesitando. Y hago la precisión por lo siguiente: primero, para poder recibir este gas en barco hay que generar un mini puerto, una infraestructura suficiente como para que estos enormes barcos puedan amarrarse adecuadamente y hacer la transferencia de su contenido hacia el almacenamiento local. Entonces para empezar hay que hacer una gran escollera, es el doble de lo que es la escollera Sarandi. Esa inversión sola es cercana a los 400 millones de dólares.

EC – La escollera es necesaria porque en esa zona donde se va a instalar la regasificadora, Puntas de Sayago, no hay protección.

RM – No hay protección.

EC – Es una zona abierta todavía.

RM – Exactamente.

EC – Eventualmente puede tener un desarrollo portuario, pero falta para eso.

RM – Sí.

EC – Entonces lo primero que hay que hacer, dice usted, es generar las condiciones para que los barcos puedan operar ahí.
RM – Efectivamente, un barco de este tipo debe estar adentro de un “puerto” –entre comillas la palabra puerto– y no lo vamos a instalar en el puerto de Montevideo por una cantidad de razones, porque el puerto ya está saturado, no hay espacio para algo de este tipo. En puertos como el de Boston, o como el de Barcelona, en el medio del puerto hay una terminal regasificadora flotante, por ejemplo, para dar una idea. 

Como no tenemos puertos de ese tamaño en nuestro país se está haciendo este mini puerto que está enfrente a las costas de Punta Sayago, donde están las ruinas del Frigorífico Nacional. Allí se instala una escollera, una especie de U, de herradura, enfrentada a la costa para que allí haya por otro lado un muelle para que esté en permanencia un gran barco que va a estar siempre anclado allí, que tiene una doble finalidad. Primero lo más importante, la capacidad de almacenamiento de grandes cantidades de gas natural licuado. Allí puede estar esperando que el país lo necesite, simplemente es una gran reserva de energía potencialmente introducible en nuestro sistema energético general. El gas licuado llega en barco, se transfiere a este gran reservorio flotante que va a estar allí, de un total de 277.000 metros cúbicos, una cantidad muy importante de gas natural licuado. 

La segunda función de este barco es ir regasificando este gas licuado, aumentándole la temperatura para que vuelva a transformarse al estado gaseoso, inyectándolo en un gasoducto primero submarino que también hay que construir, y luego terrestre para inyectarlo en la red de gasoducto de nuestro país.

EC – Así que entonces en esos muelles operan dos tipos de barco, uno es el que trae el gas licuado.

RM – Que viene una vez por mes, una vez cada 45 días para volver a llenar la panza del que está permanente.

EC – Ese barco, el que trae el gas licuado, ¿cuánto tiempo está en el puerto?

RM – 24 horas, 30 horas más o menos.

EC – Y se va.

RM – Y se va. 

EC – Después está el otro barco, que está permanentemente amarrado, que tiene la doble función, decía usted: depósito de gas licuado y planta procesadora, regasificadora, de ese mismo gas.

RM – Exactamente.

EC – ¿Qué más forma parte de este contrato del que estamos hablando de 1.125 millones de dólares en 20 años?

RM – El contrato es que la empresa franco belga que ganó la licitación, GDF-Suez, construye esta escollera, manda construir un barco especialmente para nosotros y nos lo arrienda durante los 20 años de funcionamiento del proyecto, lo opera desde el punto de vista mecánico, ingenieril, y nada más. Eso es a lo que se compromete a realizar la empresa. 

Por otro lado, UTE y 
Ancap se van a encargar de comprar gas natural licuado a medida que el país lo vaya necesitando. Lo almacenan en ese almacenamiento que van a tener disponible allí, y lo van regasificando. Quien toma las decisiones sobre cuánto se regasifica, a qué tasa diaria se regasifica, si se regasifica o no, son UTE y Ancap en función de sus demandas o eventualmente si quieren exportar o lo que quieran hacer con ese gas propio que va a estar ahí, licuado, esperando ser utilizado. Puede quedar almacenado allí licuado durante meses si no se quiere utilizar o no se precisa gas en nuestro sistema, y a medida que el país lo vaya precisando le va dando la orden a GDF-Suez diciéndole: “bueno, hoy regasificame tanta cantidad de la que tenés almacenada allí”. Cuando el barco se va vaciando, o si por ejemplo se está utilizando más gas de lo que estaba previsto, se compra un nuevo cargamento de gas natural licuado para volver a llenarle la panza al barco que estará siempre presente en nuestro país.

EC – Esta descripción que usted hace cambia un poco las coordenadas del debate porque hasta ahora habíamos escuchado una versión quizás simplificada a partir de la cual aparecían algunos de los cuestionamientos. Concretamente, vayamos a los números y vayamos a lo que se discute a propósito de la viabilidad de todo este negocio. 1.125 millones de dólares en 20 años implican, llevado a términos de hoy, que hay que pagar un canon anual de 168 millones de dólares.

RM – 168, exactamente.

EC – 14 millones de dólares por mes, aproximadamente 168 millones de dólares a cifras de hoy. Más el gasto de la compra del gas en sí mismo.

RM – Claro, por supuesto, esto simplemente es la puerta para permitir el acceso de gas natural licuado al país.

EC – Ahora, una de las objeciones que se ha escuchado es: el consumo máximo de gas por día en nuestro país no llegaría a los 5 millones de metros cúbicos, y eso en el caso de que UTE debiera tener funcionando a gas todas sus centrales térmicas, o sea que no pudiera utilizar nada de electricidad proveniente de las represas hidroeléctricas ni nada de energía eólica, etcétera. O sea, solo en la hipótesis de consumo máximo el Uruguay necesitaría cerca de 5 millones de metros cúbicos. Pero al mismo tiempo tenemos una planta que regasifica 10 millones de metros cúbicos por día. Ahí está entonces uno de los interrogantes. En esas condiciones, sin seguridad de que podamos venderle a Argentina, ¿este negocio resulta rentable para nuestro país?

RM – Totalmente, porque la capacidad de regasificación es uno de los aspectos, como yo explicaba, de lo que va a traer esta planta. Lo que trae esta planta es la capacidad de poder almacenar gas natural licuado y esos 10 millones de metros cúbicos es la capacidad máxima de regasificación, si la precisamos, pensando no solamente en el hoy. Cuando la planta empiece a funcionar la máxima necesidad de gas natural del país va a ser de alrededor de 4.5 a 5 millones de metros cúbicos diarios. Pero esta planta no es para el año 2015, esta planta es del año 2015 al 2035, pensando en los próximos 20 años del país. Poder regasificar 5 o 10 millones de metros cúbicos diarios en sí mismo es la parte menor de toda esta inversión. Lo grueso es la escollera de protección, es este gran barco para permitir almacenamiento del gas natural licuado, ese es el grueso de la inversión. 
Poner una regasificadora arriba del barco que regasifique 5 millones de metros cúbicos o 10 millones de metros cúbicos aumenta en 3% el costo. O sea, si en lugar de haber puesto una de 10 hubiéramos dicho “no, vamos a ser conservadores, pongamos la que el país precisa en el año 2015” nos hubiéramos ahorrado el 3% de la inversión. Es como si yo me construyera una casa y el arquitecto me dijera: “Vos tenés una motito, vamos a hacerte una puerta de garaje para que te entre una moto”, y yo respondiera que no, que estoy pensando en crecer, en tener un auto, algún día tal vez una 4x4. Entonces hacemos una puerta de garaje que me permita entrar no lo que hoy tengo, la moto, sino mi posible crecimiento. Esto es lo mismo. Esto es una puerta de ingreso de gas natural al país, como una puerta de garaje. 

Es decir, no vamos a hacer una puerta que solamente permita entrar lo que el país va a consumir en el 2015, es una puerta de ingreso mucho más grande que permite la posibilidad de crecer el país. Ahora, eso no quiere decir que al día siguiente yo tenga que vender la moto y comprarme un auto, quiere decir que tengo la posibilidad de crecimiento o no tengo que asociarme con el vecino de enfrente para comprarme un auto y guardarlo en el garaje, esto es lo mismo. El hecho de que tenga una capacidad de regasificación mayor que la que voy a precisar para mí país y que eso es una inversión de 3% más que si hubiera hecho una regasificación más chica, no exige que tenga que salir corriendo para Argentina a decirle “comprame gas que si no los números no me cierran”.

EC – Pero entonces, pasando en limpio, la planta puede regasificar hasta diez millones de metros cúbicos por día. Pero no está en la obligación de regasificarlos.

RM – Para nada, si no se regasifica nada no hay ningún problema. 

EC – Y no está en la obligación de comprar el gas licuado correspondiente a esos 10 millones de metros cúbicos por día.

RM – Absolutamente para nada. Es una decisión que están tomando UTE y Ancap de forma totalmente independiente de este contrato con GDF-Suez por el cual, en función de lo que van estimando año a año, por un lado va a ser la demanda de gas natural para generación eléctrica. Por otro lado, Ancap para vender a las casas y a las industrias cada año, de hecho cada mes, toma la decisión de cuánto gas natural licuado compran y mantienen almacenado a medida que el país lo vaya precisando.

EC – Una de las inquietudes era “ah, pero entonces por lo menos durante muchos años vamos a tener un clavo mínimo de 5 millones de metros cúbicos de gas por día, un gas que no tenemos a qué destino pasar”.

RM – Gas no, tenemos sí una capacidad excedentaria de regasificación que, insisto, si no lo hubiéramos tenido hubiéramos ahorrado el 3%, pero pensando en el futuro hicimos esta inversión un poco mayor de lo que hubiera sido los números mínimos de las necesidades uruguayas al año 2015.

EC – Entonces no tendremos un remanente diario sin usar, mínimo, de cinco millones de metros cúbicos de gas.

RM – No es así, es claro, los números son claros.

EC – De todos modos, ese ejemplo que yo estaba poniendo es el caso más extremo de necesidad de gas en el mercado uruguayo. En realidad podemos precisar mucho menos que eso, lo habitual va a ser que precisemos mucho menos que eso porque durante buena parte del año UTE va a estar operando con la energía eléctrica proveniente de las centrales hidráulicas o de la energía eólica que ahora está creciendo, y la biomasa. Entonces, el consumo real del Uruguay por lo menos en los primeros tiempos durante buena parte del año va a ser mucho menos que cinco millones de metros cúbicos.

RM – Efectivamente.

EC – Puede ser, no sé, un millón, o menos de un millón.

RM – En promedio, en un año medio de lluvias medias, el consumo diario de UTE va a ser de 1.100.000 metros cúbicos.

EC – Entonces, en esas condiciones, con esa necesidad de gas natural a efectos de ser usado realmente, ¿igual el proyecto cierra desde el punto de vista económico?

RM – Absolutamente. Los números son los siguientes: cuando esto arranque a pleno, en el año 2016, digamos, la generación eléctrica va a ser alrededor de un 90%, incluso un poquito más, una suma de energía renovable: hidráulica, eólica, biomasa; y solamente la generación térmica en un año de lluvias medias va a andar alrededor de 7%, 8% de la energía. O sea, una participación relativamente baja de la energía térmica, por suerte, para eso estamos haciendo todo esto, por suerte o gracias a la planificación. 

Aún ese 7%, 8% por ciento de energía térmica que precisamos para que nos cierre toda la generación eléctrica del país, si la hacemos con gasoil o gas natural cuesta exactamente la mitad, de una forma que de otra. O sea que del ahorro de combustible que hacemos debido a que tenemos el gas natural y la planta regasificadora sale el pago de esta inversión que estamos haciendo, de ahí sale el pago de este canon. 

Ahora, en un año seco en el cual en lugar de generarse, como se va a generar en promedio 600, 700 gigavatios hora anuales térmicos, vamos a quintuplicar o cuadriplicar al menos la cantidad de gigavatios hora térmicos que va a precisar el país, porque no tenemos agua. Entonces, al no tener agua la única forma es complementarlo con generación térmica. Y en esos años, como explicaba el presidente en la conferencia de prensa la semana pasada, la diferencia es increíble. Si uno genera con las máquinas térmicas actuales con gasoil se puede llegar a gastar 500 millones de dólares por encima de lo que estaba previsto. En cambio, si tenemos el gas natural, eso baja a la mitad o menos, baja a alrededor de 200 millones de dólares la generación térmica.

EC – ¿En esa cuenta usted está teniendo en cuenta todo el costo del contrato con GDF-Suez?

RM – No, me estoy refiriendo al ahorro en combustible, para tener una idea con esto de cómo hay un margen para pagar costos fijos, como el de esta regasificadora, debido a que hay ahorros muy importantes en el combustible que compensan con creces el costo fijo de tener esta puerta de acceso al gas natural licuado, este contrato con GDF-Suez. 
Para aterrizar los números yo le voy a dejar, si a usted le parece bien, el análisis de cerca de 30 páginas que realizó la Dirección Nacional de Energía y que por supuesto se entregó a todos los tomadores de decisión y en particular a los directorios de UTE y Ancap. Es el análisis que realizamos de cuáles son todos los beneficios cuantificables de este proyecto. Si uno mira los números de UTE y ve cuánto es la reducción de costo de generación de combustible, si uno compra gasoil o gas natural, depende de la hipótesis, la reducción anda entre cerca de 900 y 1.100 millones de dólares de ahorro de combustible para los 20 años de UTE en este período. Es decir, solamente UTE básicamente paga el costo de la regasificadora. 

EC – O sea, ahorraría eso aún teniendo en cuenta que tiene que pagar por año la regasificadora.

RM – No, no, con esto yo estoy contestando la pregunta suya, es decir, solamente el ahorro de precio de combustible, o sea, lo que paga de combustible; entre pagar gas natural o pagar gasoil solamente para la generación térmica en el precio del combustible se ahorra alrededor de 1.000 millones de dólares.

EC – En los 20 años.

RM – En los 20 años. Pero hay otra cantidad enorme de beneficios que voy a relatar muy brevemente que hacen que esto para los números país cierre por todos lados.

EC – ¿Cuáles son los otros beneficios aparte de que para UTE teóricamente el beneficio sería equivalente o parecido al total de inversión en la regasificadora?

RM – Acá me está faltando un elemento central para UTE, que el directorio de UTE lo tomó en cuenta y por supuesto lo incorporó en esas cifras, que son entre 250 y 300 millones de dólares extra de lo que podríamos llamar el “seguro climático”. Si se toma en cuenta el hecho de cuánto se pierde en un año seco en relación a un año normal, la diferencia empieza a ser más significativa. Entonces, lo que yo dije de ese número que es un empate, por decirlo de alguna forma, es un año normal, pero cuando uno va a un año seco ahí la diferencia empieza a ser significativa y ahí empieza toda la ganancia de todo este proyecto. 

Pero además, Ancap, por el hecho de participar en la distribución y en el transporte del gas natural, va a ganar 154 millones de dólares, los flujos netos de Ancap van a aumentar 154 millones de dólares. Por otro lado, a los usuarios, por el hecho de que van a tener una reducción en el costo de gas natural, les termina llegando el gas natural a la casa más barato del que les llega hoy cuando llega desde Argentina, solamente teniendo en cuenta los usuarios actuales, que representan 170.000 metros cúbicos diarios que se venden. Pero ya solamente esa ventaja para los usuarios es de 160 millones de dólares, exclusivamente, solamente para los usuarios actuales, ni que hablar las ganancias de los crecimientos que va a tener esto en el país. Los empresarios que hoy compran propano aire, GLP, básicamente, el supergas a granel, por decirlo de alguna forma; allí hay otra ganancia de 74 millones de dólares solamente de esos empresarios que pueden pasarse del GLP o supergas a granel al gas natural. 

El país tiene ingresos por este proyecto, la empresa GDF-Suez en todos estos 20 años va a pagar 105 millones de dólares de impuesto a la renta y otro tipo de impuestos por el funcionamiento en el país. Pero además otra cosa que hay que tener en cuenta, queda una infraestructura que vale 400 millones de dólares.

EC – ¿Cuál es la infraestructura que queda? Porque era otra de las objeciones que mencionaba el director Antía.

RM – La escollera vale 400 millones de dólares, queda en un lugar una escollera que fue diseñada conjuntamente con la 
ANP [Administración Nacional de Puertos] y con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas. Pensando en que el puerto de Montevideo está llegando a su límite de capacidad, esto es una infraestructura que va a quedar. No vamos a hacer un puerto de contenedores en Rocha, el de Rocha va a ser un puerto para otro tipo de utilidades, el puerto de contenedores va a seguir siendo en Montevideo, pero al ritmo del crecimiento el puerto de Montevideo ya no da más, ya no tiene más capacidad la bahía, y la extensión que estaba prevista era justamente Puntas de Sayago. Esta escollera va a permitir cerrar la protección del futuro puerto de Sayago.

De hecho la ANP, que pensaba que este puerto lo iba a hacer en ocho años, como el sector energético va a realizar esta inversión de la regasificadora está adelantando y ya está sacando una licitación para hacer los primeros 600 metros de muelle en Puntas de Sayago como para poder empezar a utilizar esta escollera. O sea, si no hubiera estado este proyecto la ANP tendría que haber invertido 400 millones de dólares más para poder tener esta escollera que cierra esto. Además está el canal de acceso a esta zona, se abre un canal nuevo para poder acceder a esta zona, lo tendría que haber pagado también la ANP si no fuera porque se está cargando de alguna forma a la tarifa energética.

Entonces uno puede discutir y yo entiendo perfectamente a los técnicos de UTE que dicen “¿y qué beneficio saca la empresa? La empresa gana 1.300 millones, pero tiene que pagar 1.000, o 900, y ¿dónde está…?, capaz que es demasiado riesgo”, sí, pero hay que mirar la cuenta global país. Es lógico que el técnico de UTE haga esa reflexión, pero no la esperábamos de un director de UTE, esperábamos una mirada global país que integrara todos estos beneficios. Y fíjese que en todo esto yo no nombré a Argentina, porque si uno nombra a Argentina ahí los números realmente se disparan, las ganancias para Uruguay son siderales, de miles de millones de dólares.

EC – En seguida vamos a hablar de esos otros aspectos que también están en la discusión.

***

EC – Los representantes blancos y colorados en UTE y Ancap votaron negativamente la adjudicación a GDF-Suez de la construcción y operación de la planta regasificadora. Sostienen que la información les llegó apenas un día antes de que el tema se discutiera en los directorios y además plantean dudas –“enormes dudas”, dice Enrique Antía– sobre la viabilidad económica del proyecto tal cual está diseñado. A partir de esas objeciones es que estamos conversando esta mañana con el doctor Ramón Méndez, director nacional de Energía en el Ministerio de Industria, Energía y Minería. 
Creo que buena parte de las preguntas centrales ya han quedado respondidas, de todos modos creo que hay más asuntos y hay preguntas de los oyentes. ¿Romina?

ROMINA ANDRIOLI:
Sí, por ejemplo, la de Gabriel que dice: 
“¿No deberíamos invertir este dinero en el desarrollo de energías renovables?”

RM – Toda la planificación energética, todo el Plan Nacional de Energía al año 2030, se basa precisamente en la introducción de las energías renovables. Como dijimos, este es el complemento de las energías renovables. En total, en este período de gobierno el país está invirtiendo más de 7.000 millones de dólares en transformación de su matriz energética. Esto es el doble de lo que podría invertir Aratirí, el triple de lo que ha invertido 
UPM, en relación al producto bruto quintuplica las inversiones promedio en infraestructura energética que tiene América Latina. O sea, son inversiones significativas, muy significativas. El grueso de estas inversiones son en energías renovables: 1.800 millones de dólares en parques eólicos, 500 millones de dólares en centrales de biomasa, 300 millones de dólares en biocombustibles, etcétera; esto es el complemento. Vamos a llegar a 50% de energías renovables en nuestra matriz energética, quintuplicando el promedio mundial que es del orden de 11%, muy superior a la meta que se plantea Europa de llegar a 20% en energías renovables. Nosotros vamos a superar en 2016 el 50% pero hay otro 50% que no es renovable y la planta regasificadora a lo que apunta es a complementar con el menor impacto ambiental y con el menor precio ese otro 50%. 

EC – ¿Más preguntas, Romina?

RA – Hay varias que van por el lado del barco de la planta regasificadora. ¿Por qué debe ser un barco, por qué no se hace en tierra firme? ¿Y por qué, si es tan buen negocio, no se compra directamente en lugar de quedar en concesión por determinado tiempo?

RM – Bien. Hay tres razones por las cuales se hace flotante. La primera es que es más barato. Tanques en tierra sería una inversión muy superior todavía, habría que hacer de todas formas la infraestructura de protección para que los barcos pudieran amarrar. Hacer tanques sale otros 1.000 millones de dólares aproximadamente, eso en primer lugar, es más rápido, es más barato. 

Además está lejos de la costa, y para evitar incendios y cosas del estilo las normas de seguridad recomiendan que no haya poblaciones a menos de 800 metros, 1.000 metros en las más restrictivas. Hacerlo en tierra y sobre todo en esa zona era más complicado, al hacerlo en el mar, a 2.000 metros de la costa cumple con cualquier tipo de normativa de seguridad. 

¿Por qué no comprar el barco? Bueno, de hecho, la vida útil de estos barcos no es muy superior a los 20 años. Este leasing que se está haciendo puede eventualmente transformarse en una compra, está abierta la posibilidad de comprar el barco o de cambiarlo, si se quiere una tecnología mejor. Entendíamos que nos daba mucho mayor flexibilidad en el negocio tener un barco por 20 años que no se compra y que eventualmente puede cambiarse. De todas formas, está previsto que pueda extenderse por cinco y por otros cinco años más si el negocio es bueno. O sea, no hay necesidad de restringirse a esto y quedarnos en 20 años. 

EC – Después hay preguntas a propósito de cuáles son las hipótesis de evolución del mercado uruguayo en cuanto al consumo de gas natural. Por ejemplo, ¿qué hipótesis de crecimiento hay?, ¿cuánto depende la rentabilidad de este negocio de que se le pueda vender gas a Argentina?, ¿cuánto depende de que se instale Aratirí, que va a implicar una demanda muy fuerte de energía eléctrica?

RM – No depende ni de Aratirí, ni de Argentina, ni de nada de eso. Nosotros hicimos hipótesis extremadamente conservadoras en relación al crecimiento. Suponiendo simplemente un crecimiento totalmente vegetativo en el sector residencial, suponiendo que no se hagan, como se van a hacer, políticas para incentivar la introducción del gas natural en los hogares; suponiendo un crecimiento muy conservador en el sector industrial, prácticamente sin suponer participación de gas natural en el transporte, y en relación al sector eléctrico simplemente acompañando la evolución actual, como se ha programado para los próximos 15 años del país, hasta el 2030 al menos, hay una hipótesis de crecimiento de la demanda de un 3%. Esos son los números que se están usando en todos lados, digamos, 3,2%. 

EC – ¿No son números excepcionales que se correspondieron con este período que acabamos de pasar que quizás ahora se frenaría?

RM – No. El país está creciendo en industrias manufactureras, y estas industrias son muy fuertes consumidoras de energía y por lo tanto incluso el crecimiento de la energía ha estado y va a seguir estando por encima del producto bruto. No son hipótesis optimistas, y ni que hablar si va a llegar un Aratirí o un equivalente a Aratirí, una megainversión no prevista que pueda demandar 200 megavatios que no estaban previstos en el país. Entonces el crecimiento de la generación va a ser complemento de la energía hidráulica, con eólica y con biomasa, y ahora también va a empezar a surgir la fotovoltaica a partir del año 2016, 2017 y todo eso complementado con el gas natural. Al final del período, incluso antes, hacia el año 2030 ó 2031, vamos a llegar al tope de los 10 millones de metros cúbicos diarios. 

Es decir, en el sector eléctrico estimamos que el pico de consumo va a andar alrededor o un poquito por encima de los 9 millones y el sector no eléctrico va a estar por arriba del millón de metros cúbicos diarios. Antes de llegar al final de este período, por decirlo de alguna forma, vamos a tener que cambiar el barco, porque el crecimiento de la demanda simplemente vegetativa, o sea, sin impulsar políticas específicas de impulso al consumo, van a cumplir con toda esta puerta de ingreso. 

EC – ¿Y si aparece la posibilidad de venderle a Argentina?

RM – Nosotros no tenemos ninguna duda de que va a estar Argentina. Ustedes verán el documento que vamos a dejar, pero está claro que sin Argentina tenemos ingresos superiores a los 1.800 ó 1.900 millones de dólares, descontando los 1.100 estos tenemos ingresos netos por encima de 700 ó 800 millones de dólares que, en definitiva, repercute en la reducción de tarifas, por supuesto. Ahora, si llega a entrar Argentina, ahí la reducción de tarifas va a ser importante. Hay que hacer una sola cuenta nomás: hoy Argentina está importando gasoil para generar electricidad porque no tiene ni gas natural propio ni producción de gasoil propio.
EC – Tiene regasificadoras.

RM – Tiene dos regasificadoras pero una está en Bahía Blanca, muy lejos del centro de consumo que es el Gran Buenos Aires, y otra está en el Río Paraná, en Escobar, pero por las dificultades de calado que tienen estos barcos –son barcos monstruosos que necesitan 12 metros de calado– no llegan a plena carga, por lo tanto hay un sobrecosto muy importante porque llegan a media carga y eso encarece absolutamente todo. Para Argentina el puerto de Montevideo, la planta de Puntas de Sayago, tiene la posibilidad de llegar con grandes barcos, sin ningún sobrecosto e inyectarlo a 150 km del centro de consumo que es el Gran Buenos Aires. 

Quiero hacer simplemente esta cuenta: si el excedente que hoy tenemos de capacidad de regasificación se lo ofreciéramos a Argentina y Argentina quitara importación de gasoil para generar con gas natural, en un año de diferencia de combustible se ahorraría 670 millones de dólares. Eso es una pauta de cuál es el negocio potencial que existe ahí. La racionalidad económica muestra que tiene que ser de interés para Argentina utilizar esta planta. Si la racionalidad económica se va a transformar en racionalidad política o no, lo descubriremos en los próximos años. Quiero adelantar que ya estamos en conversaciones, ellos estuvieron muy interesados cuando vieron esta planta que se está llevando adelante. 

EC – Hay varias preguntas de los oyentes que tienen que ver con el usuario, con el cliente. Algo usted ya contestó, pero vamos a ver si podemos tirar varias de estas preguntas para respuestas rápidas. 

¿Cuánto bajará el precio del gas por cañería para los consumidores residenciales y comerciales?

RM – El gas natural entra hoy al país a alrededor de 25 dólares el millón de BTU. Con la planta poniendo el costo del gas más el costo de la regasificación, todo el pago a GDF-Suez etcétera, va a entrar entre 15 y 16. Eso da una idea, realmente, de 25 a 16, para ser conservadores.

EC – ¿Y la tarifa de UTE va a bajar?

RM – La tarifa de UTE también va a bajar, no solamente por eso, por la combinación de esto más la introducción de renovables. La energía eólica sale 62 dólares el megavatio/hora, hoy estamos en un costo medio que ronda los 90 dólares el megavatio/hora, y ni que hablar en los años secos donde luego durante varios años hay que repagar los sobrecostos debido a los años secos. Entonces, al reducir esos sobrecostos de años secos y al reducir el precio medio por la introducción de la eólica más la regasificadora, sin ninguna duda las tarifas van a bajar.

EC – Ahora, ¿cuánto juega en todas estas respuestas que usted está dando una cierta hipótesis a propósito del precio al que se va a comprar el gas licuado de petróleo? Los expertos dicen que el precio de equilibrio, si se compara con el petróleo, es hoy 14 dólares por millón de BTU suponiendo un barril de crudo a 100 dólares, ¿no?

RM – No sé qué quiere decir el punto de equilibrio y cuáles son los expertos que dicen eso. 

EC – Para que la generación de energía cueste lo mismo que con petróleo, digamos.

RM – No, es absolutamente incorrecto, aparte no es así en el mundo, sino nadie estaría utilizando gas natural. En el este asiático, en Japón y en Corea básicamente, compran gas natural licuado a 17 dólares, si el precio de equilibrio fuera 14 comprarían petróleo en lugar de comprar gas natural. O sea que obviamente eso no es cierto.

El precio de equilibrio son alrededor de 25 dólares el millón de BTU, es lo que cuesta el millón de BTU en gasoil, que es lo que se reemplaza con esto. Pero además las máquinas térmicas que funcionan con gasoil se desgastan mucho más rápidamente que funcionando con gas natural, que es mucho más eficiente, y mucho menos dañino para las máquinas.

EC – De todos modos en Europa acceden al gas bastante más barato. A 5, 6, 7 dólares por millón de BTU.

RM – Porque tienen gas ruso, que cuando lo complementan con gas natural licuado lo compran entre 8 y 10 porque compite con el gas ruso. El gas natural licuado no es un commoditie porque depende de la región en el mundo, depende de la disponibilidad de gas natural por gasoducto que existe en esa región del mundo. En función de eso se adapta el mercado del gas natural licuado para competir con ese gas por gasoducto. En nuestra región Argentina ha comprado como muy caro 16, 17 dólares; nosotros estamos muy avanzados en las negociaciones, confiamos en que vamos a cerrar entre 13 y 14, pero aún con el gas natural a 16 de todas formas a nosotros las cuentas nos cierran, porque hay que comparar con un gasoil que cuesta el doble.

EC – ¿Y la hipótesis es que el precio internacional va a seguir bajando? Se lo pregunto porque ahora hace poco se agregó un demandante extraordinario que fue Japón, cuando decidió cerrar sus centrales atómicas, pasó a producir energía eléctrica a partir de gas natural y generó una demanda extra que incluso creo que ha complicado hasta la disponibilidad de barcos, ¿no? ¿Cómo viene ese tema?

RM – Eso fue una mala noticia para Uruguay. Japón es el principal importador de gas natural licuado del mundo, de hecho fue el primero en hacerlo, en comenzar fuertemente con ese negocio, y definitivamente los precios en Asia, en el Pacífico, los ha disparado al alza. Pero bueno, no solamente está el mercado del Pacífico, el transporte también es caro, llegar hasta el Pacífico cuando se produce en el Atlántico es caro y conviene vender, por tiempos de barco y una cantidad de razones… Todos los expertos coinciden en que los próximos dos o tres años todavía va a ser caro el gas natural licuado, incluso nos recomiendan hacer un contrato corto, de dos años al comienzo, para después hacer otro de más años a partir del 2017, 2018. Pero el precio va a bajar, y sobre todo va a empezar a bajar muy fuertemente cuando entre Estados Unidos como exportador. En Estados Unidos, a partir de Shell gas, internamente el gas está a 3 dólares el precio de referencia, por lo tanto cuando aumente suficientemente su producción y comience a exportar y aparte está en el Atlántico, los precios de referencia en la región del Atlántico van a ser inferiores. Y tengamos en cuenta que el petróleo sigue subiendo y va a seguir subiendo porque tenemos reserva de petróleo para no más de 40 años. Estamos hablando de 20 años país, no estamos hablando de 2015, 2016, todo esto son medidas para los próximos 20, 30, 40 años del país.

***

EC – Por supuesto que las preguntas de los oyentes siguen acumulándose y podríamos estar media hora más conversando con usted, pero me gustaría que antes de terminar la entrevista pudiéramos también plantear interrogantes a propósito de la forma como se ha procesado toda esta negociación, la relación con la oposición, etcétera.
EC – El director por el Partido Nacional en UTE, Enrique Antía, denunciaba el viernes que se había faltado el respeto a la oposición. Concretamente se refería a la forma en que se manejó la negociación con los oferentes de la licitación y a que una vez culminada la negociación con GDF-Suez se exigiera una votación de apuro en los directorios de UTE y Ancap sin que los directores tuvieran 24, 48 horas apenas para analizar una documentación que evidentemente es muy compleja. ¿Qué responde usted a propósito de esta parte de la polémica?

RM – Yo no voy a catalogar de falta de respeto ni responder a eso. Yo simplemente voy a dar datos objetivos y que el oyente saque las conclusiones de quién le faltó el respeto a quién. Este es un proyecto que surgió del acuerdo multipartidario, o sea que nosotros entendíamos que la decisión política de ir por la regasificadora ya la habíamos tomado todos los partidos políticos. En ese sentido fue que se estructuró todo este esquema de decisiones.

Gas Sayago, empresa propiedad de UTE y Ancap, tuvo desde sus orígenes en el directorio dos representantes del Gobierno: los directores [César] Briozzo y [Germán] Riet, vicepresidente de UTE y Ancap respectivamente, y el mismo número de representantes de la oposición: el señor Carlos Camy, director por el Partido Nacional de Ancap, y el doctor José Garchitorena director por Vamos Uruguay,Partido Colorado, en UTE. O sea, el mismo número de representantes del gobierno y de la oposición. Más aún: el primer gerente general de Gas Sayago fue un notorio militante del Partido Colorado que incluso era asesor técnico de la bancada del Partido Colorado y la bancada gentilmente lo cedió para que fuera gerente general de Gas Sayago. Después por razones personales él se abrió de esa responsabilidad, pero ese es el nivel de confianza que existió y que el Gobierno ofreció desde el comienzo. 

¿Qué fue lo que empezó a suceder? Es muy sencillo, lamentablemente en julio del año pasado, como es conocido, la decisión de Vamos Uruguay de retirar sus directores de los entes públicos impidió que José Garchitorena, que estaba cumpliendo un papel formidable en el directorio de Gas Sayago con una verdadera co-gestión, un aporte muy importante, tuviera que renunciar. Ahí perdimos a uno de los representantes de la oposición. Más complicado fue lo que sucedió con el otro director, Camy, que de las 36 reuniones que tuvo el directorio de Gas Sayago desde que se creó 
concurrió a solo 13. Fue a las cinco primeras, luego estuvo un año y un mes entero sin concurrir a ninguna de las reuniones que se hicieron, y luego concurrió durante tres meses, desde el 28 de agosto del 2012 hasta el 23 de noviembre de 2012, y desde el 23 de noviembre de 2012, cuando empezaba la parte más complicada de análisis, la presentación de las ofertas, etcétera. Desde ese momento nunca más concurrió. 

Justo es decir que cuatro meses después de que dejara de participar renunció a su cargo de director de Ancap y nosotros inmediatamente, a la semana siguiente de que renunciara el director Camy y que se propusiera en su reemplazo a Elena Baldoira, se comenzó a citar a la contadora Elena Baldoira para que participara en reemplazo de Camy. Se la citó el 13, 15, 20 y 22 de marzo, el 3 y 10 de abril –donde se pasaba en el orden del día información sobre el proceso de evaluación de ofertas, refrendar lo actuado, contratación de apoyo especializado para evaluación de ofertas–, y recién en la última reunión del directorio de Gas Sayago, el 15 de mayo, es que la economista Baldoira asiste. 

O sea, las razones por las cuales la oposición no participó de los directorios de Gas Sayago, en el caso de Vamos Uruguay es claro, fue una decisión política de retirarse de la co-gestión de las empresas públicas, en el caso de el Partido Nacional tendrá que explicar el director Camy por qué dejó de asistir y Baldoira por cuál razón, a pesar de que se la invitó, recién fue a la última reunión. 

Ahora, en paralelo a todo esto, de todas formas, en el marco de las empresas de los directorios se mantuvo permanentemente informado. Puedo dejar también la lista de las 40 resoluciones que tomó el directorio de UTE a lo largo de los últimos meses específicamente mandatando a sus delegados, como no había representantes de la oposición mandatando en este caso simplemente a Briozzo, representante del gobierno en el directorio de Gas Sayago por UTE, mandatándolo de cómo llevar adelante todo este proceso de Gas Sayago. 

Lo que ocurrió –y eso creo que sí es muy importante– fue que en la última etapa de análisis de oferta (que comienza el 18 de abril, cuando se presentan las ofertas) se resolvió, entre todos los partidos, entre todos los actores de los dos directorios de UTE y de Ancap, llevar adelante una negociación profesional. Se armó un equipo de 40 expertos de todos los organismos involucrados –UTE, Ancap, Dirección de Energía, Gas Sayago, Ministerio de Transporte y Obras Públicas, Administración Nacional de Puertos, 
Facultad de Ingeniería–, además se contrató a tres expertos internacionales específicamente en temas de protección portuaria y plantas regasificadoras flotantes, para que asesoraran profesionalmente a la gerenta general Marta Jara, experta con 30 años en Shell, en este tipo de planta regasificadora, que contrató específicamente Gas Sayago cuando renunció el entonces representante del Partido Colorado.
Ese equipo profesional, con el acuerdo de los directores de UTE y Ancap del Gobierno y de la oposición, resolvió llevar adelante una negociación profesional. ¿Qué quiere decir una negociación profesional? Como iba a ser bajo derecho privado lo que se decía es: “vamos a mantener la información con la menor difusión posible porque esto nos permite llamar a negociar a las empresas que se presentaron, a las cuatro empresas precalificadas que presentaron ofertas, y si una oferta no sabe qué presentaron sus competidores uno tiene muchas más chances de negociar adecuadamente”. Fruto de esta negociación adecuada, de que GDF-Suez no sabía que su propuesta era la única de las cuatro que se habían presentado que los técnicos estaban aceptando como válida –las otras fueron muy fuertemente criticadas desde el punto de vista técnico, ambiental, etcétera–, en el proceso de negociación se redujo 100 millones de dólares el costo de la oferta, es decir, en esa negociación se logró que el país ahorrara 100 millones de dólares. 

EC – Usted ha enfatizado que todo ese proceso estuvo auditado. ¿Por quién fue auditado?

RM – Fue auditado nada más ni nada menos por una empresa de abogados que solamente con nombrar los apellidos no se puede pensar que tengan algún tipo de simpatías con el gobierno, por una empresa de altísimo nivel en nuestro país como es el estudio de abogados 
Posadas, Posadas & Vecino. El informe que ellos elaboraron es el que se le entrega a los directorios de las dos empresas públicas y de Gas Sayago. Ese informe dice: “El procedimiento licitatorio elegido en forma general es inobjetable. Los criterios de evaluación y requisitos debidamente informados fueron cumplidos en forma. La selección, sin perjuicio de la libertad de que disponía Gas Sayago para realizarla, fue fundada en los criterios técnicos y de identificación fijados, cumpliéndose a cabalidad el marco legal estatutario y el propio marco del llamado establecido en la resolución del directorio. Tampoco apreciamos objeción legal alguna acerca de la actividad de Gas Sayago sobre el proceso licitatorio de adjudicación. De acuerdo a todo lo analizado y en todos los procedimientos de evaluación de las ofertas realizados por Gas Sayago no hemos detectado posibles objeciones en cuanto a su adecuación a las bases e instrucciones previamente informados durante todo el proceso. Pudiendo adjudicarse a la oferta de GDF-Suez con su correspondiente ajuste, por ser la que ha cumplido con los requisitos formales y técnicos de acuerdo a lo señalado por los equipos evaluatorios y siguiendo el análisis de la legalidad del procedimiento”. Y termina: “A pesar de que no era necesario, por ser un llamado bajo derecho privado, igualmente durante esta licitación se cumplieron los siguientes principios generales de la licitación pública: publicidad y transparencia, igualdad entre los oferentes, objetividad y confidencialidad”.

Eso es lo que opina un estudio independiente contratado con los votos de la oposición para auditar todo el proceso. Y quiero decir una última cosa más también, los 
informes técnicos son tan categóricos como el de este estudio jurídico. Con la firma de 19 técnicos, entre ellos el doctor [Ismael] Piedra-Cueva, un experto reconocido internacionalmente de la Facultad de Ingeniería, los informes de los técnicos dicen: “Resulta a la planilla que la oferta que más se adecua a las condiciones establecidas en las bases del llamado es la de Suez, pues es la que resulta con mayores niveles de aceptabilidad siendo a destacar” y allí destaca todos los puntos de la oferta, y concluye: “Si bien las soluciones planteadas en las demás ofertas no son desechables en su totalidad, presentan carencias de difícil remedio o necesidad de profundizar en su resolución, implicando tiempos que no se pueden prever por lo que se entiende, no son la mejor opción”.

O sea, tanto los técnicos que participaron, de siete organismos, con participación de expertos externos, como el informe de los abogados externos que auditaron todo el proceso concluyen que es inobjetable y que hay que otorgárselo a GDF-Suez. 

EC – Ahí viene la última pregunta en todo caso, a partir de lo que señalaba Antía el viernes pasado. Entendiendo el proceso que usted acaba de describir, cómo se desarrolló la negociación con los distintos oferentes, por qué de todos modos una vez que se llegó a la conclusión de que GDF-Suez es la empresa potencialmente adjudicataria, por qué a los directorios de UTE y Ancap se les dio apenas 24 horas para analizar la documentación.

RM – No es verdad, no se les dio solo 24 horas. El 18 de abril se reciben las ofertas, el 25 de abril, una semana después, una vez que se habían analizado primariamente por parte de los técnicos de todo este equipo los informes, la gerenta general de Gas Sayago informa a los cuatro directorios de la sociedad anónima. Y me consta, porque yo los vi personalmente, cómo a Baldoira, que todavía no había terminado de asumir como directora de Ancap, se la invitó y estuvo una mañana entera con la gerenta general Marta Jara. Se les compartió todas las características técnicas de cada una de las cuatro ofertas, un análisis de riesgo, cuál era la posición relativa de los costos del precio que pedía cada una de las ofertas, y se informa cómo van a seguir las negociaciones. Y en particular se informó que se estaban recibiendo de Enagás y de GDF-Suez para analizar las ofertas. Ese mismo día, el presidente de UTE [Gonzalo Casaravilla] compartió esa misma información, hizo una presentación, en el directorio de Gas Sayago. Ese mismo día, el 25 de abril, tenía toda esa información Antía y al día siguiente ocurrió lo mismo en el directorio de Ancap, Germán Riet compartió con todos los directores toda esa información primaria.
Como venía la mano se veía que GDF-Suez era la única empresa que realmente cumplía los requisitos técnicos, ambientales, mínimos de calidad como para que la oferta fuera adjudicada. Por eso se pensó que había que rápidamente pasar a una negociación exclusiva con GDF-Suez, antes que se pudiera enterar de que era la única que estaba en carrera y por eso ponerse más dura en los precios. El viernes 3 de mayo el presidente de UTE informa a todos los directores, inclusive a Antía, que lo llamó por teléfono porque no estaba en Montevideo, que se iba a entablar un período de una semana de negociación exclusiva y que al cabo de la misma iba a recibirse la oferta definitiva.

El lunes 13 de mayo se recibe la oferta final de GDF-Suez fruto de esta negociación que había habido y la reducción de 10% de los costos. A la mañana siguiente se presenta al directorio de Gas Sayago y al mediodía al director Antía y, ahí sí, con toda la información. Efectivamente recién ahí se presenta un CD con toda la información, todas las actas de cada una de las reuniones que había habido, de la gerencia general, no del gobierno, porque fueron los técnicos los que hicieron eso.

EC – Pero para votar se suponía que cada uno de los directores tenía que leer y estudiar toda esa documentación y tenía 24 horas de plazo.

RM – A ver, ningún director del gobierno ni el Gobierno leyó ese CD, simplemente era una garantía para que todo el mundo estuviera tranquilo. Lo que uno tiene que leer es si confía, votó que va a haber un equipo técnico y un estudio auditor externo que audita todo el proceso, lo que uno lee son las conclusiones, ese es el arte de gobernar. Uno como gobernante no tiene que ponerse a repasar todo lo que hicieron los técnicos durante años para ver si está bien o mal, de eso se trata que haya un conjunto de técnicos y auditores externos que auditen todo el proceso. 

Yo lo único que leí fue lo que compartí acá con ustedes, estos párrafos del estudio de abogados que dice que fue todo impecable y las conclusiones de los técnicos diciendo que había una única oferta que cumplía todos los requisitos y que era muy buena. Eso creo que es más que suficiente, con los análisis previos que se habían hecho y con la decisión política de que se iba a ir por este camino, ¿qué más información se precisa?, ¿cuántos proyectos de Uruguay reunieron 40 técnicos de siete organismos con la 
Universidad de la República para analizarlos en profundidad y encima tuvieron auditoría externa de un estudio completamente fuera del Estado? Bueno, nosotros lo que esperábamos era que ante este trabajo que se realizó todos los directores estuvieran a la altura de las circunstancias del compromiso que estaba asumiendo. ¿Cuál era la idea?, ¿que se le dijera a la empresa: “estás dispuesta a invertirme 1.100 millones de dólares, ahora esperá que vamos a abrir un período de seis meses de discusiones entre el gobierno y los parlamentarios y la oposición para ver si nos interesa o no tu oferta”? Supuestamente ese paso ya lo habíamos dado.


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