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viernes, 20 de mayo de 2011

LOS FUNDAMENTOS DE NUESTRA POSTURA

INTRODUCCIÓN:

Un mensaje de texto: "Te admiro como persona y respeto la decisión que tomes pero te manifiesto mi humilde opinión y de muchos votantes que no se expresan: la disconformidad con nuestro Frente Amplio, de ignorar la voluntad del pueblo manifestado en las urnas. Soy votante de la verde, y siempre manifesté mi disconformidad con ésta ley. Pero éste tema para mí, terminó. Un abrazo. "

El PROBLEMA PRINCIPAL que tenemos es que los desaparecidos siguen desaparecidos. Como dice el documento del V Congreso del Frente Amplio de 2008, "De más de doscientos desaparecidos se han recuperado solamente los restos de siete y se resolvieron judicialmente trece casos. Y se sigue dando las mismas inaceptables respuestas, ante la opinión pública y ante los jueces: que "no saben", que "no se acuerdan". Esa es la verdad hoy. En nuestro país, aún no se ha curado las heridas porque tenemos una verdad recortada, porque no se puede recordar lo que resta por saber y porque aún no se ha hecho toda la justicia que las víctimas del terrorismo de Estado tienen derecho. Es necesario asumir que la tarea pendiente sigue siendo enorme."

Esta es la situación, y comparto totalmente que la tarea pendiente es enorme.

Ahora bien. Hoy se nos propone votar un proyecto de ley que, suponemos, pretende dar respuesta a esta tarea pendiente. En lo personal tengo la obligación de manifestar que no comparto que con este proyecto que hoy se propone, se pueda dar respuesta al problema principal que tenemos, que se pueda atender al desafío de verdad y justicia que tenemos por delante. Nosotros vamos a votar por que hay un mandato de nuestra fuerza política, lo vamos a hacer porque el proyecto del Frente Amplio es mucho más que esto, y para que ese proyecto continúe es necesario que exista disciplina entre quienes lo integramos, que exista respeto por las normas y por las reglas de juego que todos hemos aceptado. Sin embargo, reiteramos, no vamos a votar con convicción, todo lo contrario.

Se ha planteado que es necesario votar este proyecto porque hay una decisión de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que lo exige. Al respecto hemos tenido una visión histórica sobre este punto. En Diciembre de 1998, en la tapa del semanario Mate Amargo, sobre una foto de Augusto Pinochet, se leía: "USA. DOS". En ese tiempo se juzgaba a Pinochet en el exterior y muchos festejaban es "tipo" de "justicia". Y en el mismo semanario se escribía: "Entendemos que gran parte de la izquierda está afilando inconscientemente el cuchillo con el que la van a degollar". "Nosotros dimos la batalla contra la Impunidad en Uruguay, aceptamos las reglas de juego, y una noche de un 16 de abril de 1989, lloramos bajo la llovizna en la madrugada, mientras una triste patota de fascistas en pedo, nos gritaban en 18." Y agregaba aquel número del Mate Amargo: "Y mucho cuidado con los Tribunales Internacionales....porque tenemos a la vista las definiciones que sobre terrorismo, por ejemplo, se vierten en los manuales de la tétrica Escuela de las Américas del Ejército norteamericano....", y se continuaba desarrollando estos conceptos que tienen mucho que ver con el concepto de Soberanía Nacional.

Es cierto que hoy estamos en el gobierno, es cierto que integramos como País esos organismos, pero debemos manejarnos con cautela y no ser más realistas que el rey; y tenemos que buscar mecanismos que nos permitan superar la ley de caducidad y que sea nuestra justicia, la justicia uruguaya, la que nos permita avanzar hacia el objetivo.

Por otra parte, tenemos el convencimiento de que el proyecto que hoy se propone votar, no nos acerca a ni al objetivo de verdad, ni al objetivo de justicia. Todo lo contrario. Son múltiples las opiniones, todas coincidentes, en cuanto a la inconstitucionalidad del texto propuesto. No soy abogado, ni, a esta altura, quiero serlo. Pero en este mundo donde los reyes parecen ser los juristas y donde estas cuestiones se van a dirimir en los juzgados, parece bastante obvio que hay que escuchar que dicen estos señores. Y en esa perspectiva: ¿en base a que argumento se puede sostener que la ley que podamos aprobar hoy va a cumplir su función en los juzgados? Cuando votamos una ley, votamos una herramienta para que alcance un objetivo. En éste caso: ¿la herramienta servirá al objetivo de verdad y justicia que tenemos planteado? Ojalá nos equivoquemos, pero tenemos la convicción de que éste proyecto hecho ley va derecho al enterradero jurídico, a la discusión de abogados, a las famosas bibliotecas; y no hay certeza alguna de que la Suprema Corte de Justicia no lo declare inconstitucional, más bien todo lo contario.

Yo diría que éstos son los principales argumentos que nos llevan a votar no por convicción sino por obligación.

Otros compañeros han planteado también otros argumentos muy importantes, como el tema de los dos plebiscitos perdidos. Y creo que sí, que también ese es un elemento a tener en cuenta. Es sobretodo un elemento político a tener presente. Comprendo a quienes sostienen que desde el punto de vista técnico-jurídico nosotros, como Parlamento, estamos legitimados para votar una ley como la propuesta u otra similar. Estamos legitimados por que la gente nos votó sabiendo que en el documento del V Congreso del Frente Amplio de Diciembre de 2008, que es documento público, se dijo, con total claridad: "la cultura de la impunidad que ha impregnado el accionar de los gobiernos luego de recuperada la democracia, deberá quedar definitivamente atrás y en su lugar se forjará una cultura en el respeto a los derechos humanos para lo cual es imprescindible cumplir con el mandato del Congreso anterior de adecuar "la legislación interna a los tratados internacionales ratificados por el País", incluyendo la ANULACIÓN de la ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado, principal estamento de impunidad.". Esto es lo que le planteamos a la ciudadanía y la gente no votó. Así que, mirado desde ahí, lo podríamos hacer.

Sin embargo, la gente, el común de la gente, no lo ve con esa fineza técnica, intelectual, de documento. El común de la gente entiende que esto ya se votó y que para bien o para mal se definió.

Estoy convencido que la gente lo ve así, y que aprobar por mayoría, aquí en el Parlamento algo que se perdió en una votación popular, siempre es bravo. Por que, en todo caso, no debimos convocar a ningún plebiscito sobre éste tema. Pero aún así, aún siendo una cuestión difícil de digerir, si todavía estuviéramos votando algo que cerrara definitivamente la cuestión, o le diera un cause real a todo éste drama nacional, bueno, en ese caso bien valdría el paso, con tal de resolver el problema. Pero no podemos votar convencidos algo que, evidentemente, no servirá para atender el al desafío que tenemos como nación, y, encima, por si fuera poco, la gente no nos entiende.

Vamos a votar, entonces, por lo que se conoce como disciplina partidaria. Hay una resolución del Plenario Nacional del Frente Amplio y nosotros pertenecemos a ese partido, y desde que asumimos una responsabilidad, la asumimos con el compromiso de respetar las reglas de juego. Y una de ellas es que el Plenario Nacional, puede mandatarnos. Y nos ordenó votar. Y vamos a respetar ese mandato, por que de lo contrario, el Frente Amplio no puede funcionar. Y eso sería malo para el Frente Amplio, pero, sobretodo sería muy malo para el País. La democracia se basa en el funcionamiento de los Partidos, y los Partidos, y sobretodo los que tienen responsabilidades de Gobierno, tienen sus reglas de funcionamiento que hacen posible su existencia. Esto no implica que los Partidos no se puedan equivocar. Y éste es un caso donde, creo, que nuestros compañeros le están errando. Lo digo fraternalmente. Pero es lo que pienso. Y creo, que conviene que tomemos nota de todo éste proceso. Nosotros respetamos las reglas de funcionamiento interno, pero no se puede abusar de ésta situación. Un Partido tiene que tener sus normas de funcionamiento, pero, cuidado, no es un cuartel. Y sabemos que hay compañeros que no se han informado en profundidad de éste tema y que hay quienes no discuten con nadie estos asuntos y que sin embargo, luego votan en los Plenarios. Nosotros, en cambio, damos la cara todos los días ante la gente que nos eligió y vamos a ser evaluados. Entonces, tratamos de actuar con la mayor responsabilidad.

Pero todos tenemos responsabilidad en éste proceso. Por hacer o por no hacer. El no -hacer en determinados momentos, o el "dejar hacer", también implica un grado de responsabilidad. Y asumo la que me toca. Ninguno es ajeno al problema. Y que cada uno asuma lo que tiene que asumir.

Y para quienes hoy creen que con éste proyecto, se está encontrando un camino para la verdad y la justicia, bueno, ojalá que sí, que sea el camino; y que, en caso contrario, pongan la cara para explicarle al pueblo por que seguimos en el mismo enredo.

Queremos trabajar por los derechos humanos, por TODOS los derechos humanos: por verdad y justicia sí, y también por el trabajo y el salario dignos, por la vivienda, por la educación y por la salud. Y para que todos esos derechos humanos puedan ser ejercidos por todos los uruguayos, es fundamental que el proyecto del gobierno del Frente Amplio, siga adelante. Es lo que ha planteado el Presidente Mujica y nada debiera distraernos de esos objetivos.